Por Sergio Reyes II.
El repentino chasquido que hiende el espacio y paraliza a los numerosos grupos de contertulios que abarrotan los balcones, frentes de las viviendas, locales comerciales, aceras y un amplio trecho de la vía, anuncia, como señal de advertencia, que se acercan los dueños de la calle, para escenificar, ante el asombro de algunos y el terror de otros, el temible duelo entre el bien y el mal, la audacia y la resistencia, la arrogancia y la terquedad. Estamos en presencia del eterno enfrentamiento de los ‘Toros’ y ‘Civiles’, de Monte Cristi, y ante la declaración de guerra, simbolizada por el temible látigo de hebras de cabuya trenzadas que restalla con insistencia y provocación, de inmediato cede la gente el escenario y forman un redondel, en cuyo centro quedan apostados, frente a frente, y en actitud agresiva, los decididos contendientes.