14 nov 2011

Coronel Fernández Domínguez: de los cerros de Damajagua al pedestal de la historia

Por Sergio Reyes.-

Resulta oportuno y atinado el conocimiento del proyecto de ley que cursa en estos días en el Congreso a favor de que los restos del Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez sean exhumados y depositados en el Panteón Nacional.
En apoyo a estas gestiones se han pronunciado diferentes personalidades del acontecer ciudadano, entre los que destacan historiadores, ex-compañeros de armas del extinto y pundonoroso militar, figuras del activismo político, representantes de entidades gremiales y movimientos del accionar sindical y comunitario, entre otros, quienes han expresado su adhesión a la propuesta por medio de diversos escritos, su presencia física e intervenciones en las vistas públicas convocadas por la Comisión de Cultura del Senado, a fin de conocer el parecer de la comunidad en torno a esta propuesta que, en sus orígenes, ha estado motivada en el proyecto elaborado por el diputado Víctor Suárez Díaz (PLD- Santiago de los Caballeros).

Entre las organizaciones que han hecho suyo el pedimento y realizan diferentes gestiones a fin de lograr una amplia adhesión de la ciudadanía, que motorice su pronta aprobación, se destaca la Junta de Asociaciones Campesinas Rafael Fernández Domínguez –JACARAFE-, entidad de esencia comunitaria, establecida en 1991 en Damajagua -Municipio de Esperanza, Provincia Valverde-,  lugar de nacimiento y zona en donde desenvolvió sus primeros pasos este heroico militar que encabezó múltiples acciones en pro de la democracia, el respeto a las instituciones, la soberanía y los derechos inalienables del pueblo dominicano y quien es considerado, sin lugar a dudas, como el inspirador militar de la insurrección armada del 24 de Abril de 1965, orquestada en contra del régimen del triunvirato.

Esta dinámica entidad de orientación del campesinado, que reúne en su seno a más de 220 organizaciones de base empeñadas en la ejecución de diversos proyectos de desarrollo con la finalidad de ayudar a elevar el nivel de vida de los habitantes de más de 125 asentamientos humanos establecidos en la Línea Noroeste, decidió asumir como su guía moral al ideólogo y propulsor de la Insurrección de Abril, luego de conocer en detalles las valerosas acciones encaminadas por este pundonoroso militar, su entrega a la defensa de la democracia dominicana, sus enérgicas y arriesgadas acciones en apoyo al sostenimiento del régimen democrático del Profesor Juan Bosch (1963),  el encabezamiento del movimiento insurreccional que perseguía la vuelta a la constitucionalidad, luego del grosero Golpe de Estado perpetrado en contra de dicho mandatario y, finalmente, su sacrificio, de cara al sol, el 19 de Mayo de 1965, mientras dirigía, personalmente, un fallido asalto al Palacio Nacional, que se encontraba en esos momentos bajo el control de las fuerzas antinacionales y traidoras del llamado Gobierno de Reconstrucción Nacional.

Son innúmeras las razones que avalan que personajes valiosos de nuestra patria, de la talla de Fernández Domínguez y Francisco Alberto Caamaño Deñó, sean exaltados al Panteón Nacional, para honrar, con la contundencia de sus gloriosas cenizas, la solemnidad de ese simbólico lugar destinado a perpetuar en la memoria del pueblo dominicano a aquellos prohombres que lo dieron todo en aras de la construcción y solidificación de la Patria.

Las hazañas que dan cuenta de la incuestionable lealtad, la entereza y el arrojo asumidos por Fernández Domínguez en diferentes etapas de la vida nacional, y de manera principal en los acontecimientos que sacudieron la república en los convulsos años 1960-1965, están impresas, con letras de oro, en los textos de la Historia Dominicana.

Por ello, pienso que, desechando mezquindades y animosidades, debemos unirnos y cerrar filas en torno a este justo pedimento, junto a Alma Arlette Fernández, esa valerosa dama que, más que una viuda, es una mujer de acero que ha sabido poner en alto la memoria de su insigne esposo y otros compañeros de armas, a través de los trabajos cívicos y educativos que, bajo su dirección, viene ofreciendo en todo el ámbito nacional la Fundación Coronel Rafael Tomás Fernández Domínguez.

Palabras lapidarias del Coronel, expresadas en el fragor del accionar revolucionario y que a pesar del transcurso de los años mantienen su vigencia inalterable, parecen flotar en los cielos de la Patria,  mientras se celebran las vistas públicas en el Senado en apoyo al proyecto de marras:

“ ( … ) estoy firmemente convencido del papel que como militar dominicano me reserva la vida. Nadie más decidido a aceptarlo, con todas las responsabilidades y sus fracasos, pero sí con la más firme de las decisiones”

“… Con nosotros se levantará no sólo la voluntad democrática del pueblo dominicano sino también la fe de muchos pueblos de América que tienen en su corazón un altar para los luchadores de la libertad  ( … ) terminaremos la lucha con el mismo sentido del honor con que la empezamos y con el alma satisfecha de los que sirven a la Patria y, en consecuencia, sirven a su pueblo ”

“… Aquel que de nosotros caiga en la lucha, no caerá ; se elevará al respeto de todos los dominicanos. Aquel de los que luchan contra nosotros que no comprenda a tiempo su error, ése caerá para siempre del amor del pueblo y será perseguido por la historia”

Hombres de esta reciedumbre, con igual heroísmo y entereza, son los que deben guiar las acciones, luchas y ardores de todos los dominicanos, en pro de las reivindicaciones más sentidas de nuestro presente. En la misma medida en que hacemos justicia, exaltando debidamente su memoria, estaremos contribuyendo con el rescate y preservación de los valores humanos y nacionalistas en nuestro país, que se encuentran altamente deteriorados a causa de los malos ejemplos y el clima de corrupción e impunidad que hoy nos agobia.

Confiamos en que se imponga la ecuanimidad entre nuestros legisladores y que, tan pronto sean agotadas las formalidades que exige la ley, se proceda con la aprobación y el traslado definitivo de los restos del insigne Coronel Fernández Domínguez hacia el Panteón de la Patria.

Y, tomando una vez más en calidad de préstamo sus palabras, me permito sentenciar con él: “La victoria definitiva estará al lado de la verdad, el honor y la libertad”


Descanso digno a sus restos. Gloria eterna a su memoria!!











Santo Domingo, Nov. 12, 2011.

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BUCÓLICO

1. Adj. lit. Díc. del género de poesía o composición poética que canta la sencillez de la vida campestre. Teócrito es considerado su creador y Virgilio su máxima figura y modelo para los autores de la Edad Media.

2. adj.-s. idílico.